Roguelike
Exploración de mazmorras
Hack and Slash
Aquí tienes tu margarita seco, cariño.
¿Mmm? Vale, a nuestro portero le ha dado otra vez por creer que es un excelente diseñador. ¿Quién se supone que le ha dicho que pintar el suelo de rojo escarlata era una apuesta segura? El único propósito de este chico en la vida es cortar y tajar, pero una vez más se mete donde no lo llaman. Entre los camareros incluso se rumorea que desde hace un tiempo esta versión lastimera de portero de club ha aprendido no solo a controlarse en cierto modo, sino también a combinar sus numerosas habilidades para completar tareas.
¿Y yo qué? Voy a tirarme toda la noche aquí, detrás de la barra.
Afortunadamente, es su obligación mantener todo en orden o morir en el intento, no la mía. Al menos el pobre esto último lo lleva bien. No te preocupes, inocentón, es por su bien. Parece que el cerebro le crece con cada resurrección. Últimamente, este mocoso incompetente hasta ha conseguido diseñar algún tipo de estrategia. Igual sería más conveniente que extrajera las gemas de poder de las que tanto presumen las autoridades locales. Puede que con los nuevos poderes tenga al menos la oportunidad de empezar a hacer su trabajo mínimamente bien.
Aquí tienes. Para la última ronda, dos dedos de nuestro whisky de sabor más refinado.
¿Quién? ¡Ah! ¿Te refieres al distinguido caballero del elegante traje color añil? Así que este es el nuevo aspecto de nuestro portero. Parece que ha decidido probar una nueva estrategia diseñada a todo correr entre muerte y muerte. Nuestros jefes no escatiman esfuerzos ni recursos para equipar a sus empleados. Incluso esos desesperados. Ese es el motivo por el que en el vestuario del ínclito portero no solo hay montañas de basura, sino también varias opciones de prendas de trabajo, cada una con su proprio corte especial y diferentes finalidades.